viernes, 25 de noviembre de 2022

EL MOUNSTRO.

  FRANKESTEIN.


Una desapacible noche de noviembre contemplé el desenlace de mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, coloqué a mí alrededor las herramientas que me iban a permitir infundir un hálito de vida a la cosa inerte que yacía a mis pies. Era ya la una de la madrugada; la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, y la vela casi se habia Respirido.


Respiró profundamente y un desplazamiento convulsivo sacudió su cuerpo humano.


Primera parte: La construcción del monstruo:


Como manifestar mi sensación frente a esta catástrole, o explicar el engendro que con tanto estuerzo e infinito trabajo había creado?


Segunda parte: El monstruo cuenta lo cual ha vivido.


Me levanté, y vi emerger una brillante esfera de entre los árboles.


Todavía poseía frio, una vez que abajo de un árbol encontré una gran capa, con la que me cubrí, y me senté otra vez. Solo lo que distinguía con claridad era la brillante luna, (...) La noche anterior había caído una enorme nevada, y los campos aparecían uniformemente blancos. El panorama era desconsolador, y noté que la húmeda sustancia gélida que cubría el suelo me helaba los pies.


(...) y, atraído por el calor del sol, que hacía brillar la nieve, me decidí a reemprender mi viaje; metí lo cual quedaba del desayuno en un zurrón que encontré, y emprendí camino campo por medio a lo largo de varias horas, hasta que al anochecer llegué a una aldea. Me refugié temerosamente en un cobertizo de techo bajo, vacío, que contrastaba fuertemente con los palacios que había observado en el poblado. Este cobertizo, no obstante, estaba adosado a una vivienda de aspecto bello y aseado, sin embargo tras mi presente y desafortunada vivencia no me atreví a entrar en ella. Mi refugio perteneció a madera, empero de techo tan bajo, que apenas podía quedar sentado sin tener que agachar la cabeza. No había madera en el suelo, que era terrestres, sin embargo estaba seco; y aunque el aire se filtraba por varias rendijas, encontré que era un refugio afable para protegerme de la nieve y la lluvia.



Frankestein es físicamente un mounstro , es muy grande, se nota que no es precisamente en un ser humano.

Lo único que hace la gente es tirrarle piedras; hace 200 años ponerte en el lugar de un asesino era algo muy mal visto, lo unico que quería Shelly era entenderlo.

No era su culpa vivir asi.

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